Son cuatro los silencios.
De piernas cruzadas,
miradas tranquilas.
Ellos saben.
Ilustrados silencios.
Conocen sus no palabras.
Mientras no las dicen:
las doman.
Cuando las disparan, ellas,
las palabras:
les atropellan la cabeza,
les encadenan los días.
Mejor callados.
Mejor en silencio.
Cuatro silencios.
Uno para cada viento.
Para cada uno de los vientos
que soplan en tu vida.
Vientos silenciosos
que se digieren lentos,
como aquel caballo en el vientre de la anaconda.
Así son mis silencios.
Los cuatro.
Cardinales.
2 comentarios:
Belleza... El silencio se expresa y es alimento para aquello que merece eternidad. ¡Brindo por eso gallo!
Gracias por llegar hasta acá... leer y comentar. Que sea buen año!
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